HdC. La localidad de Padrón, en el Camino Portugués es una joya en sí misma. Al menos su casco viejo y su propia historia -ahí atracó, en el Pedrón, la barca de piedra que traía los restos humanos del Apóstol Santiago-, pero también una gran parte de sus alrededores. Ya sin tener que hablar de los vikingos, que remontaron el río Ulla a tiro de flecha de la localidad, en la relación figura Santiaguiño del Monte, donde predicó el Apóstol, y todo el conjunto monumental en las inmediateces del convento del Carmen (en la foto, su fachada).
La fuente nada más cruzar el puente de Santiago (el tercero, ya que
uno sucumbió por viejo y a otro se lo llevó una riada en el siglo XIX) es lo
primero que encuentra el peregrino, que luego asciende por una empinada,
venerable y preciosa cuesta, deja el albergue público a la izquierda y accede a
la gran explanada ante el convento, que se convierte en un mirador excepcional
sobre Padrón. Experiencia imborrable.
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