Walter de Gray, peregrino en el Camino Inglés


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No todos los días Galicia en general, y A Coruña en particular, reciben a un arzobispo. No resulta habitual, y mucho menos en el siglo XIII y que, además, ese religioso fuera extranjero. Pero es lo sucedió en 1222, cuando una nave con peregrinos británicos echó el ancla quizás a la altura de O Parrote, quizás en las aguas de O Burgo. Son pequeños misterios, como lo es también el conocer la ruta: ¿embarcó tal autoridad religiosa en un puerto de su país y puso proa directamente a Galicia o bien recaló en Burdeos, ciudad que acabó durante siglos bajo dominio inglés?

Porque de Inglaterra se trata. La historia refiere con cierto detalle la vida de Walter de Gray, que así se llamaba el arzobispo que pastoreó York entre 1215 y 1255.

York es una ciudad situada en el noreste de Inglaterra famosa por su magnífica catedral. Walter de Grey no nació allí. Lo más probable es que, siendo hijo de John de Gray, un hombre importante de Norfolk, hubiera venido al mundo en esta región del este. ¿Cuándo? Otro interrogante, quizás en 1180.

La familia tenía medios económicos, así que el muchacho se dedicó a estudiar en Oxford tutelado nada menos que por Edmund de Abingdon, que era uno de los sabios de la época, hombre imbatible en matemáticas, teología y dialéctica.

A partir de ahí empezó su carrera política. Porque en el siglo XIII los cargos religiosos eran políticos y simplemente se compraban. Walter de Gray se arrimó a su rey, el conocido Juan sin Tierra, que le otorgó favores y lo nombró para puestos importantes, siempre previo pago. Por ejemplo, para ser lord chanceller el futuro visitante de tierras gallegas tuvo que pagar 5.000 marcos.

Pero eso era pan para hoy y hambre para mañana en aquellos convulsos tiempos, así que el avispado joven se buscó un lugar en la más estable Iglesia. Primero fue nombrado obispo de Lichfield, aunque nunca tomó posesión. Después de Worcester y finalmente de York, arzobispado incluido, gracias a que el papa presionó al monarca. Aclaración: previo cobro por parte del ocupante del sillón de Pedro de 10.000 libras esterlinas, y todavía le quedaron fondos al arzobispo para comprar una villa, Bishopthorpe, que convirtió en su residencia.

En determinado momento Walter de Grey decidió peregrinar a Santiago pietatis causa. Con independencia de que sus sentimientos religiosos estuviesen bajo mínimos, Europa entera era cristiana, y Europa entera, también, creía en la posibilidad de obtener la vida eterna, algo a lo que ayudaba la intercesión de los santos y, sobre todo, la de uno de los doce apóstoles.

El Ayuntamiento de Oroso, limítrofe con Santiago, ha dedicado los actos culturales de este año a Walter de Gray y está previsto colocar una placa con su nombre en el Paseo dos Peregrinos Ilustres. Aunque este personaje no fue el único que en 1222 procedía de las islas Británicas. Con él vinieron su mariscal, de nombre Alexander, más otro alto dignatario llamado William London. Eran, como quien dice, los primeros de lo que iba a ser una enorme lista.


 

Ilustración: Sr. Reny para Joyas de Galicia

 

 

 

 

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