La catedral de Durham, en el Camino Inglés, ya sella la credencial del peregrino


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El monumento más impresionante del Camino Inglés no está es Galicia, sino en Durham, en el noreste de Inglaterra y cerca de Escocia. Es su catedral, que en magnificencia compite con el origen de esa ruta, la abadía de Finchale, si bien la comparación entre ambos resulta imposible: mientras la primera se encuentra en excelente estado, con obras periódicas para mejorar su estructura, el segundo también se ve muy bien conservado, pero son unas enormes ruinas. 

La catedral de Durham es, con toda justicia, patrimonio de la humanidad. Anglicana hoy en día, fue levantada antes de la ruptura del cristianismo con la llegada y tesis de Martín Lutero. Recibía a los peregrinos que partían de Finchale -de donde está separada por muy poco más de 7 kilómetros-, eran estos bendecidos y marchaban hacia los puertos del sur de Inglaterra para buscar un barco que los trasladase a tierras gallegas. 

La buena noticia es que desde poco antes del inicio de la pandemia la catedral de Durham volvía a recibir peregrinos. Y allí es posible sellar la credencial. Como quiera que desde A Coruña no se cumple la regla de los 100 kilómetros para obtener la compostela, los recorridos en terreno británico cuentan. Y así, el Camino Inglés en Inglaterra vuelve a florecer después de medio milenio de silencio.

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