HdC. Es, valga la redundancia, la tradición más tradicional de
Ponte de Lima, que asombró y asombra a los peregrinos que coinciden con ese original
festejo que es la Vaca das Cordas. Porque el origen de tal celebración se
pierde en la noche de los tiempos, y hoy en día concita a millares de personas
entre las que se encuentran siempre docenas de peregrinos. Y es que Ponte de
Lima se define como un punto de encuentro clave en el Camino Portugués que
desde tierras lusas marcha hacia Tui.
Cada año, el día anterior al Corpus Christi y cuando la
tarde decae, todo el mundo aguarda impaciente delante del pórtico de la Casa de
Nosa Senhora da Autora. Esperan a que la Vaca das Cordas (en realidad, en estos
tiempos un toro bravo) salga por las calles adelante cumpliendo la tradición. Y
ante la alegría de todos corre en dirección a la Igrexa Matriz guiada por cuerdas,
y posteriormente se conduce al Largo de Camoes. Ahí son muchos los
espectadores, sobre todo los novatos, que acaban en el agua. El festejo
-incruento- dura hasta la puesta del sol. Algo imborrable para todos. También
para los peregrinos.
Comentarios
Publicar un comentario