HdC. Millones de peregrinos han pasado delante
de una muy sencilla capilla y prácticamente todos se han parado, impresionados,
ante ella. Aquí no hay monumentalidad, sino simpleza de líneas, el excelente
granito gallego y poco más. Porque ni siquiera es seguro que hubiese formado
parte de un hipotético hospital medieval de peregrinos, como aseguran algunos.
Esto es Ventas de Narón, minúsculo
lugar al que se llega después de una muy sostenida subida desde Portomarín,
tanto que incluso después de esta localidad se abrió un albergue público porque
había quien llegaba escaso de fuerzas. Procede cruzar por un ancho puente la
carretera que va de Lugo a Ourense y ahí se encuentra Ventas de Narón y su
capilla de A Magdalena. Un lugar legendario, ya que no falta quien refiera que
en esas lomas se combatió nada menos que contra el emir de Córdoba, que, claro
está, trataba de aplacar de una vez por todas a los indomables gallegos.
Tómese un descanso en las mesas de
al lado. Hace falta recuperar el aliento porque a partir de ahí comienza el
ascenso a la sierra de Ligonde. Palabras mayores.
Comentarios
Publicar un comentario