HdC. El río Tambre, muy caudaloso incluso en el verano, siempre
fue una barrera para los peregrinos que a partir del siglo XIII se llegaban a
Santiago de Compostela siguiendo el Camino Inglés. Es decir, desembarcando en
los puertos de A Coruña, O Burgo, Ferrol y Neda (y algunos otros de manera
accidental) y dirigiéndose al sur, a Compostela.
Hoy en día el Tambre une o separa, según cómo se mire, los
municipios de Oroso y de Santiago. Y el puente que se levantó en el siglo XIV
por orden del todopoderoso noble Fernán Pérez de Andrade sigue en su sitio: ancheado
en el XX, sobre él pasa la carretera nacional y por sus aceras transitan los
peregrinos que acometen la última etapa hasta la plaza del Obradoiro, 16
maravilloso kilómetros.
Si ignora si sustituyó a otro anterior, de madera, o no.
Todo apunta a que sí, porque no hay ningún testimonio de barcas o balsas para
ir de una orilla a otra, lo cual tampoco es de descartar por completo. Pero
ante la realidad (cientos y cientos de peregrinos un año tras otro) el mencionado
noble decidió levantar allí una construcción imponente, un puente como no hay
muchos de aquella época con sus seis vanos.
Fue, además, escenario de un enfrentamiento espada en mano
entre dos caballeros medievales, Álvaro Pérez de Moscoso y su gente contra
Gómez Pérez das Mariñas ya la suya. ¿La causa? Una mujer.
Comentarios
Publicar un comentario