HdC. Es difícil reconocer por la foto a la catedral más
emblemática del Camino de Santiago en Inglaterra. Porque no inmortaliza la
fachada, claro está, y la parte trasera resulta poco conocida incluso para los
que han tenido la suerte de visitarla. Y es lo que la imagen recoge es el
exterior del punto final del templo. O sea, para entendernos, donde deberían
estar los ábsides si los hubiera, que no los hay.
En esos mismos campos descansaban los peregrinos antes de
que las ideas de Lutero se extendieran por Europa y antes de que Enrique VIII
ordenara cortar la cabeza a quienes tuviesen la idea de marchar a Santiago,
porque eso iba contra su muy real parecer. Hasta ese momento llegaban hasta ahí
procedentes de la cercana abadía de Finchale, y a su vez a esta arribaban tras
un viaje peligroso por mar desde lo que en la actualidad son los países
nórdicos y el norte de Alemania.
Esta catedral no es otra que la de Durham, fundada cuando el
siglo XI tocaba a su fin y que jamás dejó de ser un relevante centro religioso,
si bien hoy es un templo anglicano. Arquitectura normanda pura que la Unesco
declaró patrimonio de la humanidad en 1986.
Hoy en día vuelve a haber peregrinos en Durham. Dos años de
trabajo culminaron en la primera peregrinación en medio milenio. El calendario
marcaba junio del año pasado. Un hito histórico.
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