HdC. Comenzó siendo un camino que arrancaba de la ciudad
amurallada de Santiago dejando atrás la Puerta de la Gloria. O sea, aquella que
cruzaba el cuerpo sin vida de los peregrinos que habían llegado a Compostela pero
que habían entregado su alma sin poder volver a casa. Su cementerio está hoy
bajo un espacio ajardinado detrás de lo que es el Ayuntamiento local esperando
a que al menos un panel o un placa recuerden a las miles de personas que
descansan para siempre allí.
Tras la Puerta de la Gloria, el camino fue testigo de cómo
en sus márgenes se iba levantando vivienda tras vivienda, y la vía acabó siendo
una calle de nombre Hortas o Huertas; no hay que explicar por qué.
Y aunque en efecto queda fuera del mimado recinto medieval,
la especulación, el cemento y el ladrillo no hay llegado hasta esa rúa bien conocida.
Y es que todos aquellos que emprenden la llamada Prolongación a Fisterra-Muxía se
despiden de Santiago descendiendo por ella.
Comentarios
Publicar un comentario