HdC. Cuando el peregrino ha dejado atrás O Cebreiro, Liñares y el
alto del Poio –puro Camino Francés en territorio gallego, por lo tanto- inicia
el descenso y se encuentra con la aldea de Fonfría, con una fuente de la que
mana un agua empeñada en justificar el topónimo. Cierto es que esa aldea podía
estar más presentable. Los esfuerzos constantes del Ayuntamiento de Pedrafita,
al que pertenece, no dieron el resultado apetecido por razones vecinales que no
vienen al caso.
Y en Fonfría se alza un tempo del XVI. siglo del que queda
poco en pie ya que se registraron bastantes y profundas reformas posteriores,
incluyendo una muy importante por su envergadura que data de 1964. El elemento
más interesante, y a la vez el más antiguo, es la puerta lateral derecha, que
muestra un arco de medio punto con dovelas que descansan directamente sobre las
jambas. Todo apunta a que la puerta principal también es del XVI, y las piedras
que la bordean sí son las originales.
El interior muestra una sola nave, de planta rectangular, con
muro de cuarzo y piedra caliza, y la sacristía adosada a uno de sus laterales.
El tejado a dos aguas, de pizarra. Otro elemento a destacar es el campanario,
formado por una sola pared con huecos para acoger las campanas y todo ello
coronado por un remate triangular.
Pero a pesar de su pequeñez y su sencillez, tiene su peso
específico en la historia. Esta iglesia es la heredera de otra de la que no
tenemos noticias pero que sin duda existió, puesto que San Xoán de Fonfría tuvo
hospital de peregrinos (no se conserva resto alguno) en donde se les prestaba
una cama y dos mantas por cabeza para pernoctar.
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