HdC. Cinco kilómetros y medio antes de llegar a Pamplona –puro Camino Francés,
por lo tanto- el peregrino pisa el puente de Trinidad de Arre/Villava, una obra
entre majestuosa y sencilla, de grandes dimensiones y de factura no brillante
desde el punto de vista técnico/estético… pero ahí aguanta. Arre está habitado
ininterrumpidamente desde los tiempos de las legiones romanas, y fue refundada
en 1184 por Sancho VI.
El puente presenta seis arcos y permite salvar el río Ulzama, dando acceso
a un convento y antiguo hospital de peregrinos. ¿De cuándo data este? Pues los
historiadores no se ponen de acuerdo: algunos buscan el origen en el siglo XIII
e incluso en el XII, pero lo cierto es que la documentación escrita se refiere
a su existencia en el siglo XVI, lo cual no quiere decir, por supuesto, que no
hubiera abierto sus puertas por primera vez mucho antes.
En el XVI comenzó a bajar ostensiblemente el número de peregrinos, sobre
todo por los efectos de la preminencia de las tesis de Lutero en todo el este
de Europa. ¿Qué hizo la Iglesia católica? Reconvertir el hospital en una
clavería. O sea, en una oficina responsable de recaudar tributos e impuestos
varios. Eso es historia. A partir de ahí, cada quien que piense lo que quiera.
Foto: Rafax para Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0
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