Alimañas y bandidos en los montes de Oca y el Camino de Santiago



HdC. En ocasiones los hitos del Camino no son ni hechos históricos ni monumentos, sino accidentes geográficos. Porque salvar ese accidente geográfico sí era y es todo un hito en el peregrinar de una persona. Más ayer que hoy, ciertamente, por las dificultades inherentes a la propia peregrinación. 

¿Un ejemplo? Los montes de Oca. Dejando aparte esoterismos –el topónimo y el juego de la oca, que algunos quieren relacionar con el Camino de una manera críptica– después de Villafranca –“Una villa de pobre caserío”, según el reputado investigador jacobeo JM Lacarra– el peregrino tenía y tiene que subir por unas elevaciones que otrora gozaban de una fama terrible: tanto alimañas como bandidos de toda ralea acechaban a cada paso, y ello obligaba a ir en grupo con el fin de defenderse mejor. 

Arriba de todo está el monasterio de San Juan de Ortega, en un lugar que algunos han comparado con el fin del mundo. Y quizás no les faltase razón.

Foto: Monasterio de San Juan de Ortega (Burgos). Jaume para Wikipedia (CC BY-SA 3.0)

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