Fuente del Paraíso, en la que se lavaban los peregrinos al entrar en Santiago de Compostela




HdC. Eso de que cada tiempo tiene su afán goza de múltiples aplicaciones. Porque en cada tiempo los peregrinos tuvieron sus gustos, sus preferencias, sus manías, sus tradiciones. Ellos han hecho la historia jacobea y ellos la transforman.


Así, en la Edad Media los peregrinos no entraban en la catedral compostelana por el Obradoiro, como sucede hoy en día. La larga caminata no remataba en ese campo yermo lleno de restos de los trabajos de construcción de la basílica, lugar de segunda categoría, sino en la plaza de Azabachería, hoy muy reformada y con los moros atlantes allá arriba sosteniendo el frontón, castigo ese –el de soportar todo el peso- debido a no profesar la religión “verdadera”.

De manera que ya tenemos a los fieles descendiendo por lo que hoy es la plaza de Cervantes y girando a la izquierda. O sea, dejando a la diestra el monasterio de San Martiño Pinario y bajando cara a la catedral. Pero no se podía entrar con aquel aspecto externo, de manera que los peregrinos se lavaban (a veces la cara, a veces el cuerpo entero) en una gran fuente que pasó a la documentación como Fuente del Paraíso, un rito muy común en todas las religiones.

Los tiempos, los afanes, las preferencias, las manías, han cambiado. Y la Fuente del Paraíso fue jubilada lejos de los peregrinos. La foto lo dice todo: apartada, en el claustro, ya nadie se acuerda de uno de los grandes -¡enorme!- hitos del Camino.

Comentarios

  1. Que interesante! Que lastima que no podamos participar en esta tradicion hoy en dia.

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  2. Si que es una lástima... pero podemos recuperar la entrada por la Azabachería, aunque a los peregrinos en general les gusta más llegar a la magnífica Plaza do Obradoiro.
    Muchas gracias por tu comentario, Christine.

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