HdC.Cuando se recorre la Vía de la Plata a la altura de Extremadura se pasan Zafra, Mérida, Cáceres y se alcanza Plasencia. Y en esa pequeña ciudad sus 41.000 habitantes disfrutan no de uno, sino de dos monumentos que merecen figurar en cualquier relación de hitos del Camino de Santiago: la catedral vieja (o antigua) y la catedral nueva.
La primera, que además contiene el museo catedralicio, es un
edificio que refleja la transición del arte románico al gótico. Y es que fue
comenzada en los albores del siglo XIII y no se remató hasta el XV. Muestra
tres naves con bóveda de crucería. Desde 1931 está incluida en la relación de
monumentos nacionales. Si no dispone de mucho tiempo, el peregrino debe
centrarse en la torre del Melón (la antigua sala capitular).
Y la segunda, que está unida al edificio románico
longitudinalmente, no se comenzó hasta 1498, con obras que duraron todo el
siglo siguiente. De manera que ahí hay que hablar de gótico y de renacentismo.
Si el reloj impone su dictadura, entonces lo mejor es visitar el coro, con los
sitiales de los mismísimos Reyes Católicos, pero en ningún caso hay que dejar
de admirar sus dos fachadas, la denominada Principal y la llamada del Enlosado.
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ResponderEliminarMuchas gracias, Emilio.
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