Y en el Camino, cambia el paisaje

TH. En Melide, se produce un cambio de paisaje: comienzan a escasear las especies autóctonas y aumenta- y predominan- las plantaciones de pinos y eucaliptos.
A destacar la Gándara de Disicabo, con matorrales de terrenos pantanosos. Pasada la aldea de Carballa se llega a Poza do Catasol, donde alisos, robles y abedules dan sensación de frescura. Cientos o quizás miles de peregrinos aprovechan el lugar cada año para refrescar los pies.
A unos diez kilómetros de Melide están las brañas de Bocelo, y cinco kilómetros más allá, la laguna de Sobrado (no en el Camino Francés). Para aquellas personas con interés en el medio ambiente no es mala idea visitar el Centro de Interpretación y Paisaje, y Aula de la Naturaleza, en Souto, en el vecino municipio de Toques.

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