El Apóstol


Mensajero y discípulo a la vez, es la presencia tras la puerta, al final de la Hilada, el abrazo en la meta, el contacto en la consumación, con los siglos por testigo de la proeza de llegar. Si supo levantar pueblos, también consigue poner en pie personas, por cansadas que estén.

Su lema: Gana quien resiste.
Su virtud: La alegría del encuentro.

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