Otra Puerta del Perdón




EG. Además de la de la Catedral de Santiago, existe otra Puerta Santa en el Camino, mucho menos conocida pero igual de sobrecogedora que la de Compostela. En una pequeña villa leonesa, justo en la etapa anterior al inicio de la durísima jornada de ascenso de los primeros montes gallegos, la lateral de la Iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo también se denomina Puerta del Perdón.

Es un portillo sencillo, en una iglesia modesta que impone por su respeto a las más sobrias costumbres del arte Románico. Sencillo, pero con el gran poder de que los peregrinos que allí logren llegar y demuestren impedimento médico para seguir a Compostela, puedan obtener el Jubileo. La tradición también se remonta allí al s. XII gracias al papa Calixto III, seguro que reconociendo la gran crudeza del puerto que, desde Villafranca, tenían ante sí los peregrinos para entrar plenamente en tierras gallegas en su camino a Compostela. Rudos caminos habitados por alimañas, bosques encantados por un clima casi siempre adverso excepto en los meses rigurosamente estivales, y también poco poblados.

La Puerta y la tradición tuvieron sus problemas a lo largo de la historia. A veces abierta. Otras olvidada. Por épocas incluso tapiada. No fue hasta mediados del siglo pasado cuando Villafranca decidió recuperar plenamente su prebenda y reanudó la costumbre de otorgar el Jubileo a los peregrinos enfermos. Ahora se concede cuando la parroquia y la Cofradía de Nuestra Señora de Las Angustias y Caballeros de la Orden de Santiago deciden, a la vista de las pruebas médicas, que el peregrino efectivamente no puede ya llegar a Santiago por su propio pié. Entonces, después de que cumpla iguales preceptos que si estuviese en la Catedral de Compostela, se le expide un documento para certificar que ha logrado las indulgencias.

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