HdC. Este 16 de agosto Santiago de
Compostela celebraba un año más la festividad de San Roque (día marcado como festivo en el
calendario laboral), un santo al que la ciudad guarda una gran devoción por su
historia como peregrino y protector ante las epidemias
Nacido en Francia, y aunque no llegó
a pisar Compostela, el santo cuenta con gran veneración en la ciudad del
Apóstol, que se encomendó a él en 1517 cuando se vio asolada por la peste con
la promesa de erigirle un santuario.
En la capital gallega existen numerosas
imágenes del Santo, casi siempre representado con una capa de peregrino y un
perro con un pan en la boca. Como parte de esa devoción se conserva el Hospital
de San Roque, originario del siglo XVI, erigido con fines asistenciales debido
a las epidemias de la peste. Junto a él se encuentra la Iglesia de San Roque,
de estilo barroco donde la corporación municipal compostelana suele hacer una ofrenda
cada año por el 16 de agosto.
San Roque es el gran valedor contra las epidemias en la iconografía cristiana, después de que peregrinara a Italia y se dedicara a atender a los enfermos de la peste, curándolos, según la tradición popular, tras hacer sobre ellos la señal de la cruz. También se encargaba de dar sepultura a quienes fallecían porque nadie se atrevía a acercarse a ellos. Cuando se contagió se dice que se retiró al bosque donde un perro le llevaba un trozo de pan cada día hasta que su amo lo siguió y cuidó del enfermo.
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