HdC. El Camino Portugués entra en
Galicia por Tui. Ahora se hace
pasar también por A Guarda, población costera por la que en la documentación
consta que pasó un solo peregrino histórico, italiano para más señas.
Pero en realidad esa ruta jacobea
entró siempre por Tui, y tras dejar atrás Redondela y Arcade llegó y llega a la
ciudad de Pontevedra. Y en ella se alza un auténtico tesoro al cual el
peregrino debe dedicar un buen rato. Es A Peregrina -en realidad, la iglesia de
la Virgen Peregrina-, situada en pleno centro y cuya planta tiene la forma de…
¡una vieira, el símbolo de la peregrinación a Santiago!
A partir de los siglos XV y XVI la
afluencia de devotos a Compostela baja de una manera espectacular. Varias son
las causas de ello, entra las que se cuentan las guerras en Europa, la peste
negra y sus secuelas, el extravío de los huesos de Santiago y, desde luego, la
influencia de la Reforma luterana. Y cuando muy pocas personas marchaban por el
Camino Portugués, en 1778 se comenzó a construir A Peregrina, hoy con una
imagen de la Virgen que data del XIX.
El edificio requirió 16 años de
obras, es monumento histórico-artístico desde 1982 y BIC desde el 2011, y se
levantó siguiendo las directrices del barroco pero ya sin mucha fuerza
expresiva, recurriendo al austero neoclásico (ahí está su retablo mayor, de
1789, para demostrarlo). Fue protagonista, contra su voluntad, de una tormenta
en 1795: los fuertes vientos y los rayos lanzaron al suelo parte de su torre
norte, que tuvo que esperar nada menos que 80 años para ser restaurada. Eso sí,
desde entonces tiene pararrayos.
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