HdC. Han quedado testimonios escritos de lo duro que era en
ocasiones pasar la ría que forma el Eo. Es decir, cruzar con el barquero desde
la orilla asturiana hasta la gallega. O para ser más exactos, desde la
localidad de Castropol a la de Ribadeo. Las corrientes eran y son fuertes, y
más de un peregrino creyó que hasta ahí había llegado en la vida.
El barquero ya no existe, y un muy moderno puente une ambas
riberas. Incluso en la punta oeste de esa ría, allá donde el Cantábrico bate
con ganas, continúa hoy como ayer resistiendo como puede los embates una isla
de pequeñas dimensiones conocida en la cartografía como A Pancha.
Por supuesto que la línea de costa no era exactamente igual
que ahora cuando en los siglos XII o XII o posteriores pasaban por ahí los
peregrinos, pero la modificación tampoco ha sido extrema. Así que los devotos de
entonces divisaban la isla. En estos días también, aunque el trazado oficial
del Camino Norte –patrimonio de la humanidad desde hace año y medio- no pasa
justamente por ahí. Pero nadie puede negar que forma parte de la primera imagen
que el recién llegado por esa ruta jacobea tiene de Galicia.
De manera que la recomendación, si se dispone de tiempo –o
sea, si se va a pernoctar en Ribadeo, donde abre sus puertas un albergue
público- es caminar hacia el norte, dejar atrás el estupendo parque etnográfico
y alcanzar la isla A Pancha, con sus dos faros, el moderno y el que está en
desuso. En el cual, por cierto, se quiere construir un hotel con sólo dos
habitaciones. Pero esa sí que es otra historia.
Oh, you make me want to go there!
ResponderEliminarYes, it´s wonderful, isn´it?
ResponderEliminarThank you, Christine