HdC. En pocas ocasiones un libro se convierte en un hito del Camino. Porque todo lo más sería un hito movible y trasladable. Claro, al Códice Calixtino nadie le discute que es un hito, cómo no. Quizás, en otro plano, a Desvío a Compostela, del holandés varias veces candidato al Nobel Cees Noteboom. Incluso para algunos el escritor brasileño Paulo Coelho en sí mismo lo es también... aunque acabó arribando a Santiago en autobús, lo cual es para más de uno simplemente una herejía jacobea.
Pero hay otras obras que se merecen
una catalogación similar aunque no tengan un gran impacto en el público. Ahí
hay que incluir la humilde Caminaron a
Santiago, firmada por dos pesos pesados de los estudios jacobeos, los
alemanes Klaus Herbers y Robert Plötz, quienes estuvieron en Compostela la
semana pasada. Ese volumen, editado en su día por la Xunta de Galicia, lleva
por subtítulo Relatos de peregrinaciones
al “fin del mundo” e incluye lo que ofrece: relatos, anotaciones,
pensamientos y diarios de aquellos que en tiempos pasados se llegaron a Santiago
con único el fin de postrarse ante la tumba del Apóstol. Una recopilación como
no hay otra en el mundo, porque a las palabras de los propios peregrinos se une
la interpretación y la documentación aportada por los dos profesores. Las
descripciones, una maravilla.
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