HdC. El Camino –los Caminos- se suelen
identificar con el espacio físico terrero. El mar, los ríos y los escasos lagos
ocupan un lugar muy secundario, tanto en los diarios en particular como en la
historia en general. Y en esas masas acuosas no sólo hay topónimos sino lugares
entrañables que conforman hitos auténticos. Para muestra, un botón en la Ruta
Marítima Mar de Arousa y Río Ulla. Es decir, para el Camino de Santiago que
reproduce en el siglo XXI el navegar de la barca que en el siglo I llevó a
Galicia el cuerpo sin vida del Apóstol.
La ría de Arousa, que une las
provincias de A Coruña y Pontevedra, se estrecha cada vez más hasta fundirse
con la larga desembocadura del río Ulla, un paraíso de juncos. Con el puente
romano de Pontecesures a la vista, el río Sar rinde sus aguas por la margen
derecha. Y ese recodo es ni más ni menos que O Paraíso. ¿Puede haber topónimo
más sonoro y optimista? ¿Y de dónde procede el nombre? Ese es otro de los
misterios del Camino de Santiago.
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