HdC. La lucense y montañosa A Fonsagrada
ha quedado atrás y, con todavía unas cuantas subidas fuertes por delante, el
Camino Primitivo comienza a descender para alcanzar Castroverde, antesala de
Lugo e indicador geográfico y toponímico de que se avecina una zona de colinas
(“outeiros”, en gallego) cuando no planicies. Los topónimos de referencia son,
después de A Fonsagrada, la aldeíta de A Degolada, con un templo minúsculo de
San Lorenzo vecino del mojón 143,911, la de Couto, el alto de A Lastra y, ya en
el descenso, la localidad homónima, que se abre a ambos lados de la carretera
otrora infernal y ahora muy ancha y con muy buen firme.
Y en A Lastra abre sus puertas la
iglesia puesta bajo la advocación de San Juan Bautista, sencilla y en impecable
estado tras la profunda rehabilitación que tuvo la suerte de sufrir hace algo
más de un decenio. Muestra una sola nave, rectangular con cubierta a dos aguas
y sacristía ocupando buena parte del lateral izquierdo.
Pero lo más interesante está
dentro. Ahí llama la atención primeramente su artesonado, luego su pila
bautismal y, sin duda, su altar neoclásico de principios del siglo XIX. Y en
este último destacan dos tallas barrocas que, al parecer, proceden de una
iglesia que ocupó anteriormente ese mismo solar: San Juan Bautista y San
Francisco de Asís, datadas entre 1719 y 1941.
Una vez allí, otra imagen reclama
una mirada: es la que representa a la Virgen María con el Niño, y esta sí que
es muy anterior: siglo XV. ¿De dónde procede este precioso hito del Camino?
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