HdC. “Viaje a España. 1868”. Así se titula el libro del gran escritor y sacerdote húngaro János Zádori, uno de los más emblemáticos de todos los tiempos en su país. Publicado por la Xunta de Galicia, es un volumen de más de 400 páginas con letra pequeña y aprovechando el papel todo lo que se puede.
Pero aquí el capítulo que interesa es el XV, que se refiere
a Santiago de Compostela, y una parte del XVI, que se centra en Lugo. Se trata,
como l lector habrá podido deducir, de un libro de viajes. Así, Zádori cuenta
cómo llegó a Compostela en diligencia de ocho mulos, vía A Coruña porque no
había desde Madrid transporte directo justo en aquellos momentos. Relata el
desplazamiento con todo lujo de detalles, y deja estas perlas:
(Sobre Lugo): “Era domingo, fui a una iglesia cercana,
llamada convento de Nova, en el monasterio vivían ahora soldados. La iglesia
estaba repleta. El cura realizó una misa silenciosa, tan silenciosa que ni
siquiera tocaron la campana, sino que en el momento de mostrar al Señor la
gente se golpeó con fuerza en el pecho”.
(Sobre Betanzos): “De 5.000 habitantes, está en una región
maravillosa. Se asienta en un monte y con los tejados rojipardos de las casas
parece una montaña de lentejas… El gallego no se parece en nada a los demás
españoles”.
(Sobre A Coruña): “Ni aquí ni en ninguna otra parte de
España vi mujeres desvergonzadas por la calle, cosa que está a la orden del día
en Budapest o en Viena, ni a rufianes o viejos chulos ofreciendo su mercancía,
como es habitual en otros lares”.
(Sobre Santiago): “La magnífica catedral es una gigantesca
mole de piedra, tan oscurecida por los siglos que ya casi parece negra… Se necesita
mucho tiempo para que el extraño se pueda orientar en el interior. Lo dificulta
el desnivel del terreno, el muro sur es mucho más alto que el norte porque fue
construido en un lugar inclinado. Se han conservado las antiguas huellas para
que el sepulcro descanse en el mismo sitio donde fue encontrado”.
¿Era János Zádori un peregrino? Por supuesto, aunque también
le interesaban otras áreas de España. Su fe lo llevó hasta Santiago, un
Santiago decadente en aquellos años y que hablaba de las peregrinaciones en
riguroso pasado. Quizás por eso sus descripciones adquieren más valor. Y
acabarán convirtiéndose en un hito histórico-literario más del Camino de
Santiago.
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