Foto: Eva Fernández |
Por ejemplo, a Costa da Morte era para algunos antiguos- y así fue hasta finales del la Edad Media-el último reducto de la tierra conocida, la punta occidental dela Europa continental, el tramo final de un itinerario marcado por la Vía Láctea, un espacio mítico-simbólico que tenía en el cabo de Fisterra su punta más extrema. Era un lugar cargado de todo tipo de creencias y ritos paganos en el que los romanos quedaron sorprendidos al ver el enorme sol desaparecer entre las aguas.
Las dos veces que he llegado a Santiago me fue imposible de continuar a Finisterre. Cosa que aún me duele. Pero sé que es algo que se convertirá en realidad en cualquiera de mis peregrinaciones.
ResponderEliminarUn saludo y mis felicitaciones por este blog.
Muchas gracias por tu comentario y tus felicitaciones. Y te esperamos en Santiago, seguro que la tercera es la vencida y podrás llegar a Finisterre, porque de verdad que vale la pena. Un abrazo.
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